Desde los primeros siglos del Cristianismo, y por razones administrativas, la Iglesia Universal fue organizada en distritos eclesiásticos (que se conocieron, posteriormente, como los Patriarcados Antiguos):

• Roma: fundada por San Pedro y primera capital del Imperio Romano, en la cual, fueron martirizados San Pedro y San Pablo.
• Constantinopla: fundada por San Andrés y segunda capital del Imperio Romano.
• Alejandría: el principal centro político, cultural y filosófico de África, fundada por San Marcos. 
• Antioquía: centro principal del Oriente, llamada la Ciudad de Dios, fundada por San Pedro y San Pablo, del cual San Pedro fue su primer Obispo. 
• Jerusalén: llamada la Madre de las Iglesias, en la cual nuestro Señor predicó y obró la Redención; en la era apostólica fue presidida por el apóstol Santiago (San Jacobo).

Cada uno de estos centros eclesiásticos tiene un Patriarca que lo preside y un Sínodo Episcopal.

La ciudad de Antioquía se encuentra a 40 Km. al noroeste de la ciudad de Alepo en Siria: la ciudad hoy está en territorio turco. En la historia del cristianismo, Antioquía ha gozado de una importancia tan significativa que San Pablo la consideró como la puerta desde la cual salía a sus giras evangelizadoras; él, junto con el apóstol Bernabé, empezaron a predicar en Antioquía; y el libro de los Hechos de los Apóstoles nos informa que "en Antioquía fue donde, por primera vez, los discípulos recibieron el nombre de 'cristianos'" (Hechos 11: 26).

Más aún, la tradición nos platica que San Pedro, como primer obispo, se quedó en Antioquía ocho años para dar firmeza a la primera comunidad de esta importante ciudad, y luego partió a Roma donde alcanzaría el martirio.

Desde el año 1342, por los múltiples desafíos que la ciudad tuvo que enfrentar -sismos, cruzadas, musulmanes, otomanos-, la sede patriarcal fue trasladada a Damasco, la ciudad más importante de la arquidiócesis en aquel entonces (y hasta la actualidad), pero el Patriarcado conservó el título de "Antioquía", siendo uno de los cinco patriarcados más antiguos determinados por el Primer Concilio Ecuménico: Roma, Constantinopla, Alejandría, Antioquía y Jerusalén.

La Iglesia Ortodoxa Antioquena es administrada por el Sínodo local que lo preside Su Beatitud el Patriarca Juan X, con sede en Damasco, y que se conforma de los Metropolitas y obispos de todas las arquidiócesis que dependen del Patriarcado en Siria, Líbano e Irak, y en el mundo de la emigración a lo largo del Continente Americano, Europa y Australia.

La Catedral Ortodoxa de San Jorge en la Ciudad de México y la Catedral Ortodoxa de San Pedro y San Pablo en Bosque Real, Estado de México, contienen la cátedra de su Eminencia Metropolita Ignacio, alrededor del cual, en la Divina Eucaristía, actualizamos nuestra comunión con todas las iglesias locales ortodoxas del orbe; pues depender de la Iglesia Antioquena no nos separa de las demás iglesias ortodoxas sino al contrario: confirma la unidad en la comunión y la autenticidad de la vida sacramental.